A partir de mañana, YPF baja el precio del gasoil: Un alivio estratégico para la pesca y la producción primaria

La reciente decisión de YPF de reducir un 4% el precio de los combustibles a partir de mañana 1 de Mayo, trae un respiro muy necesario para los sectores productivos primarios del país. En especial, la industria pesquera, históricamente postergada en la agenda gubernamental, se verá beneficiada por esta baja que impacta directamente sobre sus costos operativos.

En un contexto donde la rentabilidad del sector extractivo primario se ve presionada por índices de inflación que no terminan de bajar, la suba de servicios, insumos y proveedores; la reducción del costo del gasoil –fluido y líquido motor esencial para la flota pesquera– representa un aliciente concreto para continuar reacomodando los costos y la viabilidad de la ecuación económica.

Los buques pesqueros, dependen del gasoil para operar, máxime cuando las distancias al caladero muchas veces son días de navegación desde Mar del Plata. No solo lo utilizan en motores propulsores sino en auxiliares e impulsores de generadores eléctricos a bordo, además, en las operaciones logísticas asociadas: transporte a puerto, movilidad, fletes y mantenimiento.

En el marco de las acciones orientadas a fortalecer la competitividad del sector pesquero, el Subsecretario de Recursos Acuícolas y Pesca, Juan Antonio López Cazorla, sostuvo intercambios institucionales con el presidente y CEO de YPF, Ing. Horacio Marín, en los que se abordó la posibilidad de revisar la actual composición del componente impositivo y de costos incorporado al precio final del gasoil destinado a la actividad. La propuesta se inscribe en una lógica de eficiencia económica, tendiente a mejorar los márgenes operativos mediante una adecuación fiscal y tarifaria que permita amortiguar asimetrías estructurales y avanzar hacia esquemas de mayor equilibrio en la formación de precios para la producción primaria extractiva, en un esfuerzo por ayudar a encontrar la rentabilidad perdida del sector.

Según estimaciones del sector, el combustible representa entre el 20% y el 30% de la producción de un pesquero, dependiendo de la calidad de las especies capturadas y la capacidad de su bodega, como también de las distancia desde puerto al caladero.

Frente a esto, una baja del 4% puede traducirse, en algunos casos, en cientos de miles de dólares de ahorro por empresa al año, dependiendo del tamaño y segmento de la flota.

Además del impacto económico directo, esta medida tiene un efecto simbólico: reconoce al sector primario como actor esencial en la economía nacional. Así como el agro ve reflejado este beneficio en plena cosecha gruesa, la pesca también atraviesa momentos clave del calendario biológico de especies como el langostino, la merluza y otras especies de alto valor exportador, cuya captura requiere máxima eficiencia logística y energética.

Invertir en la pesca es invertir en trabajo, arraigo y divisas. Una política energética alineada con los sectores productivos no solo permite aliviar la presión financiera, sino que fortalece el tejido económico en zonas y provincias que de esta actividad dependen.

La reciente reducción del 4% en los precios de los combustibles anunciada por YPF responde a un ejercicio sistemático de análisis de variables macroeconómicas y del mercado energético internacional, por supuesto que es poco, pero en una sociedad arraigada a la indexación de variables, es un ejemplo de un cambio de paradigma en el esquema productivo y financiero. La compañía ha fundamentado esta decisión en la evolución descendente del precio del crudo Brent —referencia clave para la formación local de precios—, que experimentó una caída significativa desde comienzos de abril, al pasar de valores cercanos a los 75 dólares por barril a niveles actuales en torno a los 64 dólares, en un acople al mundo que desde hace mucho no se ve. Esta dinámica se vio influenciada, entre otros factores, por el endurecimiento de políticas arancelarias en economías centrales, que impactaron de manera inmediata en la expectativa de demanda global por enfriamiento en el mercado del comercio mundial.

A esta coyuntura internacional se suma el reacomodamiento del tipo de cambio local, tras la implementación de un régimen de bandas cambiarias por parte del Gobierno Nacional, que ha permitido una estabilización del valor del dólar único en torno al límite inferior de dicha franja, generando condiciones de mayor previsibilidad para la estructura de costos internos.

En este contexto, YPF reafirma su compromiso con la eficiencia y la competitividad del entramado productivo, honrando los acuerdos de precios vigentes y garantizando el acceso a combustibles de alta calidad en condiciones más favorables para los sectores estratégicos de la economía real.

Argentina necesita políticas que reconozcan y acompañen el esfuerzo cotidiano de quienes sostienen al país con su trabajo, muchas veces en condiciones adversas y lejos de los reflectores. En una nación agroexportadora, el combustible no puede ser visto simplemente como un costo: es la energía vital que impulsa la producción, la industria, el empleo, las exportaciones y, en definitiva, la generación de riqueza para todos los argentinos.

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