Datos de la UCA: la pobreza trepó al 52% en el primer semestre
Aproximadamente el 18% de la población argentina se encuentra en estado de indigencia.
Recientes informes elaborados por el Observatorio de la Deuda Social Argentina, que pertenece a la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA), presentan una realidad angustiante para la nación. La pobreza ha alcanzado al 52% de la población argentina y, además, un 17,9% padece de indigencia. Estas cifras, correspondientes al primer semestre del año en curso, son las más elevadas desde 2004.
Comparando con el año pasado, cuando el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) había reportado una tasa de pobreza del 41,7% y de indigencia del 11,9%, el incremento resulta alarmante. En los primeros tres meses del año, se registró una pobreza del 54,9%, cifra que se moderó ligeramente en el segundo trimestre donde se reportó un 49,4%.
La indigencia también mostró variaciones notables: fue del 20,3% en los primeros meses y del 15,9% para el segundo trimestre. Estas estadísticas se obtienen a partir de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH).
Según Agustín Salvia, quien dirige el observatorio, ciertos sectores han mostrado una leve recuperación, como las clases medias trabajadoras y el segmento técnico-profesional, pero otros, especialmente los relacionados con la industria, la construcción y el mercado de consumo, no han recibido aumentos salariales acordes a la inflación.
Salvia también destacó dos factores críticos que hacen mella en el panorama: la pérdida de puestos de trabajo en el sector informal y el bajo salario en el sector privado. Estas condiciones han llevado a una creciente dependencia de los programas sociales.
Situación de los Jubilados y Pensionados: Paralelamente, la crisis económica afecta gravemente a los jubilados. Más de 5 millones de jubilados y pensionados están por debajo de la línea de pobreza en Argentina. La Defensoría de la Tercera Edad ha calculado que la canasta básica protesta para un jubilado debería rondar los $800.000 mensuales, mientras que la jubilación mínima asciende a $225.497,54.
Incluso con bonos adicionales, los ingresos de este grupo siguen siendo deficientes para cubrir las necesidades básicas del día a día. El defensor de la tercera edad, Eugenio Semino, ha revelado que esta precariedad económica está relacionada directamente con problemas de malnutrición, hipertensión y dificultades para adquirir medicamento y otros servicios básicos.
