El exmédico presidencial confirmó que vio el moretón en el ojo de Fabiola Yañez

El exmédico presidencial Federico Saavedra compareció ante el fiscal Ramiro González como parte de la investigación contra el expresidente Alberto Fernández. El doctor confirmó haber visitado a Fabiola Yañez el 30 de junio de 2021, para tratar un hematoma que ella alegó fue causado por una trompada del exmandatario. La visita se produjo en el chalet presidencial, y según Saavedra, en ese momento el golpe fue descrito como un accidente involuntario.

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Saavedra habló sobre el origen del moretón en el ojo de Yáñez, que fue tratado cuatro días antes de su visita en persona con glóbulos de árnica y heparina, recetados por él y el doctor Alem. Detalló que el contexto de la comunicación telefónica fue natural y amigable, y que tanto Fabiola como Alberto estaban presentes. Cuando preguntó sobre lo sucedido, la respuesta fue que el hematoma fue el resultado de un golpe accidental en la intimidad del dormitorio.

“Le preguntamos qué había pasado, nos dicen que había sido un golpe involuntario accidental en la cama, no recuerdo si lo dijo ella o él, que había sido un golpe sin querer en el dormitorio, en la intimidad y fue un relato natural, sonó sincero, no hubo controversia, no detecté nada extraño, era un contexto sumamente amigable”, indicó.

Mariana Gallego, abogada de Yañez, corroboró las palabras de Saavedra al salir de Comodoro Py. Ella resaltó que la declaración del ex médico coincidió en gran medida con lo testificado por la ex primera dama, incluyendo la descripción del lugar donde fue examinada, el playroom del chalet presidencial. Aunque Saavedra mencionó que el hematoma parecía más pequeño que el descrito inicialmente, atribuyó esto al paso del tiempo, ya que lo revisó en persona casi una semana después del incidente.

Durante su testimonio, Saavedra también señaló que, a pesar de no ser el médico de cabecera de Yañez, ella confiaba en él para varias consultas. A través del sistema de guardias de la Unidad Médica Presidencial (UMP), cualquier médico designado podría atender a la primera dama, aunque nunca se consideró necesario derivarla a otro profesional por motivos de urgencia o de salud base.