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Por Enrique Franco Zaremba

Es fácil decir que los tiempos más felices para el pueblo fueron tal o cuál del siglo pasado.
Muy difícil es digerir sin dificultad, la realidad social y las lastimosas. Ineptitudes (ostentadas sin vergüenza) por los funcionarios políticos que administran el ESTADO.

Cada acto o actuación de las medidas impuestas por leyes o decretos hacen llorar a una gran parte de la población, mientras otros como si fueran títeres ( dónde los hilos se reemplazan por billetes posiblemente) bailan, festejan o aplauden con una actitud tan grosera que adolece de cultura o identidad con las raíces del pueblo argentino .

Esas normativas que van a contramano de la Constitución Nacional, provocan las lágrimas en la población por los daños presente y futuros que ocasiona u ocasionará.

Una ley de aborto, solo puede generar llanto eterno.

Una cuarentena inútil, violada por actos o fiestas clandestinas con el aparato estatal; lágrimas en el ocaso de la confianza.

130.000 fallecidos, por la presunta mala Praxis , un tsunami de congoja que afecta la respiración en la ciudadania.

Restricciones a las libertades individuales sin un equilibrio lógico, al permitirse esporádicas islas en dicha restricción (ejemplo velorio de Maradona), una marea de fluidos brotando desde el alma que no ha podido despedir a sus seres amados.

El constante cambio de las indicaciones por las vacunas experimentales, la mantención del SECRETO DE ESTADO sobre sus componente, la poca información de los afectados con daños por efectos secundarios, un alud de llanto .

El vacunatorio VIP, digamos que es un diluvio de lágrimas.

Los cierres de fuentes de ingreso en lo laboral, no es más que el precipicio de la Cataratas en el lagrimear ciudadano.

La interrupción de la impartición de clases educativas y exigencias de nivelación; un gemir de las ciencias.

Los procesos judiciales de funcionarios que permanecen en el cargo público, son el océano lamentable de impunidad .

La inexistencia de veracidad y moral en los dichos y actos en la CASTA POLITIQUERA , son el CALVARIO que padecemos.

La miseria y el hambre en un país abundante de recursos naturales, es el INFIERNO con sus quemadores al máximo.

La verborragia falaz y la obsecuencia mercenaria de la burguesía enmascarada (materialista utilitarista y sin espiritualidad o compasión), es un géiser de llanto en el pueblo.

Podría enumerar tantos llantos y sufrimientos ante la violencia delictiva, o la precariedad sanitaria; posiblemente sobre el sollozar de nuestras ricas tradiciones culturales hispanoamericanas , que hermanaron las hoy naciones.

Le sacaron la venda a la Justicia, quedando al descubierto los surcos en el rostro de tantas lágrimas que sus ojos secaron.

Una República, que de ser Reina del Sur y Reina del Plata, han creado el Valle de Lágrimas en un pueblo que se deshidrata o pierde sus fluidos por las heridas y succiones de alimañas.

Esperanza de los ARGENTINOS QUE A LA PATRIA AMAN, hoy solamente a JESUCRISTO ALABAN.