HONRAR A LOS CATÓLICOS
Por Enrique Franco Zaremba
Nuestra responsabilidad como ciudadanos es vivir en sociedad respetando las normativas legales que las autoridades emanan.
Las diferentes propuestas políticas durante las últimas 40 décadas ha traicionado la voluntad moral de los ciudadanos por medio de sancionar leyes que se oponen a la base del camino cristiano .
Para ello aplican costumbres y fundamentos filosóficos propios del paganismo anterior a los más de 2000 años de cristianismo que adoptó el occidente, para generar proyectos de leyes que no son benéficas .
La mayoría de los ciudadanos que han constituido un PUEBLO ARGENTINO, responde a determinados conceptos morales que los partidos políticos dicen respetar durante sus campañas preelectorales y luego de ser elegidos presentan proyectos contrariando esa voluntad popular y mandato obtenido con el voto; también puede ser cambiando de bloque partidario o artimañas cómo dar quorum, faltar a en el momento de la votación hasta llegar a la abstención.
El ciudadano que asiste a un credo religioso, que ora para lograr determinados lineamientos políticos que beneficie al Pueblo conforme a su tradición; traiciona sus convicciones y moral al votar candidatos manifiestos opositores a nuestra raíz nacional de IDENTIDAD.
Quienes plantean igualdad no siempre respetan la IDENTIDAD ARGENTINA.
Aquellos que mediante palabras engañan con un modernismo social; o atropellan las convicciones en la FÉ; no representa en SÍ a quien es un ciudadano con creencias firmes.
El ciudadano católico , posiblemente no toma en consideración la importancia de entregar sus creencias a políticos que no la respetan.
Quien asiste a un templo, ora y siente orgullo de los próceres que forjaron la PATRIA en la raíz CATÓLICA, APOSTOLICA Y ROMANA rinde honores a quienes se han mantenido en la aplicación y defensa de su FÉ.
La solución moral de nuestros problemas cívicos, es participar apoyando y votando a quienes se encuentran fielmente integrado a la PATRIA ( religión, tradición, folclore y cultura) respetando nuestro Preámbulo constitucional.
La Bandera Nacional está hilada con la carne y lágrima de nuestros ancestros, como manto de misericordia para todos los que han elegido vivir bajo su protección; en el Sol está fusionada con la sangre de nuestros héroes con la pasión de su entrega para alcanzar el Bienestar General.
Vivamos honrando a quienes vivieron defendiendo la FE, ESPERANZA Y AMOR DE DIOS, para ser IDÉNTICOS en su acción.
