Joni Viale, Rossi, Feinmann ya le sueltan la mano a Milei: guerra de rodillas gastadas
Cada vez hay más sillas vacías en los ágapes de los domingos en Olivos. Pese a que hasta hace tan sólo tres semanas muchos se agolpaban desesperados para disfrutar de una noche de ópera y pizza con el presidente, Javier Milei se está quedando sin sus amigos periodistas. Atentos a la estrepitosa caída en la imagen del libertario y el incremento en el índice de desaprobación de su Gobierno, ya son muchos los «perioamigos» que empezaron a desmarcarse de «El León«.
El sábado por la noche marcó un quiebre entre el presidente y sus comunicadores aliados. El acto en el que lanzó a nivel nacional La Libertad Avanza despertó la indignación hasta de Jonatan Viale, quien cual amante despechado se vengó en su programa y lo comparó -bombos y redoblantes- con Cristina Fernández de Kirchner.
Jonatan Viale: «¿Milei es peronista?»
«En las últimas horas hubo tres hechos bien concretos que llamaron la atención de muchos: los micros en el acto de Milei, las críticas al periodismo y el giro en la relación cocn China», así arrancó su editorial el hijo de Mauro Viale.
Después de mostrar las imágenes de los micros que La Libertad Avanza alquiló para el acto en Parque Lezama, el ex Intratables expuso las justificaciones que dieron Lilia Lemoine y Bertie Benegas Lynch.
💣Lemoine: «La gente que viajó pagó los micros. Ya lo hemos hecho, yo no. Sé que vino gente del interior justamente y calculo que en jet privado no iban a venir, ¿no?».
💣Benegas Lynch: «La gran diferencia de la política tradicional es subir a la gente media, también… ¿viste? En cuanto a la dependencia del clientelismo y subirla como ganado. Esto es simplemente gente, que se hizo un armado nacional, en qué va a venir gente que viene de San Juan, de Mendoza o Santa Fe. Bueno, arreglan y se vienen en un bondi».
Después de criticar lo que a su entender es la «peronización» de los libertarios, Viale apuntó directo a las desaforadas críticas e insultos que el presidente realizó contra los periodistas. Todos, claro, menos Esteban Trebucq, el nuevo «preferido presidencial».
«Violento, autoritario, déspota, tirano, no tolera las críticas, kirchnerismo 2.0, soberbio, arrogante, alguien decía hoy: ‘Me hace acordar a Cristina‘», disparó el hijo de Mauro.
Después de compartir una vieja conferencia de la ex presidenta, en la que advertía que los argentinos se merecían «mejores medios de comunicación», Viale sentenció: «¿Cristina hacía lo mismo con los periodistas? Efectivamente. Y a mí eso no me gusta, me rememora oscuros tiempos».
«¿Qué hace Milei?», se preguntó luego. «Arenga para que sus militantes insulten a los periodistas ensombrados. ¿Por qué lo hace? Bueno, porque está convencido de que la sociedad argentina odia a los periodistas y los considera parte de la casta que ha destruido al país».
Viale, quien se convirtió en un inmolador serial durante la gestión libertaria, hizo un lavado mea culpa. «Seguramente hay mucho enojo con el periodismo, lo siento… lo palpo. Lo veo, no somos tontos. Eso lo tenemos que ver, porque sino vamos a seguir pensando que hablamos desde una torre de marfil de la credibilidad y eso ya no es así; nos guste o no».
«El monopolio de la verdad se perdió hace rato por medio de las redes sociales y para mí eso es bueno. Tenemos que bajarnos un poquito del pony, no somos los dueños de la verdad; pero también si fuera Milei revisaría los números un cachito, ¿no?», chicaneó.
Después de meses de blindaje absoluto, Viale mostró las encuestas que advierten la estrepitosa caída de Milei. «Mirá, encuesta de la Universidad de San Andrés (que advierte un 70% de desaprobación a la reacción del Gobierno ante las críticas de los periodistas). No sé si a la gente le gusta la pelea, el insulto, el grito permanente».
«Hay un objetivo que es hacer del periodismo un enemigo rentable que es: te peleo porque me garpa mediáticamente. ¿Eso lo vuelve a Milei peronista o kirchnerista? Yo creo que no. Para mí la búsqueda no es igualar, sino reemplazar un liderazgo por otro. Quiere ocupar el liderazgo de Cristina, por el suyo», analizó.
Feinmann, que ya viene de exponer a Bullrich, humilló a Trebucq en vivo
LN+ está que arde. Después de exponer en sus mentiras a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, Eduardo Feinmann alquiló en el pase a su compañero de señal Esteban Trebucq. Lo hizo, claro, en alusión a los elogios que el presidente le dedicó el sábado por la noche, antes de arremeter contra «todo el resto del periodismo».
Con la pantalla dividida en tres, la producción no perdió la oportunidad de ponchar a Ignacio Ortelli, víctima de los ataques del presidente después de preguntarle a Bullrich si el Gobierno no debería «bajar un par de cambios» con las críticas hacia los medios.
«Me parece muy impresionante tenerlos a los dos ahí en frente. Al ovacionado por cinco mil personas nombrado por el presidente y al denostado por el presidente, en la misma mesa, sentados junto a mí», chicaneó el periodista.
El ex Crónica no ocultó su incomidad, mientras Ortelli miraba a cámara con complicidad. «Y bueno, es la democracia, ¿no?», se excusó el preferido presidencial. Pero Feinmann, resistió: «Te felicito querido pelado, te ovacionaron cinco mil y pico de personas; y el resto de los periodistas somos todos unos hijos de puta».
Bueno, no me pongas en ese lugar que me hace sentir incómodo»
El monólogo de Majul y la filosa respuesta de Rossi: «Pan y circo»
Luis Majul también se refirió a las feroces críticas del presidente, aunque a diferencia de Feinmann intentó justificarlas. «Tuve la posibilidad de hablar con el presidente el sábado antes del acto. El presidente no niega que bajó la intención de votos, algunos dicen cinco o seis puntos; en el Gobierno dicen tres», arrancó.
«Entiendo que los estrategas que están detrás del presidente (en alusión al asesor estrellado, Santiago Caputo) tomaron la decisión de endurecer el discurso porque primero y principal tienen que mantener la mística y el empuje del núcleo duro, para que todo lo que vienen haciendo no se les vaya… anímicamente, emocionalmente y políticamente también abajo», analizó.
Pablo Rossi lo escuchó con atención y sus brazos cruzados. Pero incluso para él fue demasiado lo que estaba diciendo su colega. Y así, cuando Majul terminó con su monólogo, esperó un guiño que jamás llegó. El cordobés miró a cámara y sentenció: «Ah, mirá vos. Eso hacían los emperadores romanos y lo traducían como pan y circo».