Milei quiere bajar la devaluación de manera urgente al 1% y el mercado anticipa cuándo podrá lograrlo
Tras la inflación de octubre de 2,7%, la más baja en tres años, el presidente Javier Milei adelantó que, de mantenerse dos meses más en estos niveles, reducirá el ritmo de devaluación mensual al 1%. En ese marco, los analistas estiman que la reducción podría concretarse en los primeros meses de 2025, aunque advirtieron la medida «conlleva riesgos» en un contexto internacional de fortalecimiento del dólar a nivel global y monedas emergentes depreciándose tras el triunfo electoral de Donald Trump.
«Si le restamos la inflación inducida (devaluación prefijada + la inflación internacional), la inflación monetaria viene viajando al 0,2% mensual, esto es, 2,4% anual. De confirmarse dos meses más, esta inflación se bajará la devaluación mensual al 1%«, anticipó el mandatario a través de su cuenta en la red social X.
A su vez, el vicepresidente del Banco Central, Vladimir Werning, unas horas antes de conocerse el dato de inflación había dado una pista al destacar que el rol del crawling peg pasó de ser un ancla que frenaba la inflación a convertirse en un factor inercial, es decir que en lugar de contener los aumentos de precios, ahora podría estar contribuyendo a la inercia inflacionaria.
«Ese crawl fue un ancla. Hoy, a medida que las expectativas inflacionarias convergen hacia él, actúa más como un factor de inercia», afirmó.
Tras la devaluación de diciembre, el Gobierno mantiene sin cambios el ritmo de ajuste del tipo de cambio oficial -lo que en la jerga financiera se conoce como crawling peg- en 2% mensual.
La apuesta del Gobierno a la reducción del ritmo devaluatorio: la lectura de los analistas
Tras la reciente baja de la tasa de política monetaria, y las expectativas de baja inflacionaria, en el mercado esperaban que el Gobierno apueste a una reducción del ritmo devaluatorio.
En ese sentido, Juan Manuel Franco, economista jefe Grupo SBS, destacó que «luego de la baja de tasas del BCRA y en un contexto en que la curva tasa fija sigue comprimiendo, la autoridad monetaria podría optar por reducir el crawl para que el carry trade no pierda atractivo, conteniendo la demanda en el MULC e impulsando la oferta privada».
A su vez, Nicolás Guaia, CEO de Max Capital Asset Management, sostuvo que «una reducción del crawling peg tendría sentido dentro de este modelo, siendo que el ancla cambiaria es uno de los instrumentos predilectos para bajar la inflación».
Asimismo, los analistas de PPI señalaron que un número de inflación bajo podía «impulsar al equipo económico a desacelerar el crawling para apuntalar la desinflación».
Para Ian Colombo, Financial Advisor de Cocos Capital, bajar el crawling al 1% «sería adecuado, siempre y cuando la inflación de noviembre y diciembre, consoliden esta tendencia a la baja, y a su vez, se necesita que la brecha cambiaria entre el dólar oficial y paralelos, no se acentúe, y que las reservas del Banco Central sigan mejorando».
Con inflación en baja y dólar estable: ¿cuándo se podrá concretar la reducción al 1%?
El economista Camilo Tiscornia evaluó a iProfesional que «va a ser un poco difícil que se cumpla ya, porque en noviembre puede ser que la inflación se mantenga en estos niveles de octubre o un poco menos, pero diciembre y enero suele ser más altos de inflación, con lo cual es improbable llegar a 2,4% como propone Milei».
En sintonía, el economista Amilcar Collante comentó: «No sé si llegan a acumular dos meses con un número igual o por debajo del actual. El dato de diciembre puede tener la incidencia de carnes y depende si actualizan precios regulados o los patean para 2025. Si no sería en enero, febrero«.
«Un precio clave para que se acumulen 2 meses con inflación igual o menor a la actual es la carne, que representa entre 7% y 13% dependiendo la región en el IPC», indicó.
Por su parte, Guaia estimó que «dado que en los próximos meses la inflación probablemente se mantenga en estos niveles, se bajaría el crawl al 1% mensual en enero de 2025«. Y enfatizó: «No descartamos que pueda haber una reducción intermedia, bajando a 1,5% mensual en estos próximos meses. Esto anclaría aún más las expectativas de una inflación menor al 3% mensual para llegar a la meta mencionada por Milei».
Asimismo, el economista Federico Glustein dijo que «sin dudas, la inflación va a converger hacia el tipo de cambio, y le va a marcar una suerte de piso, por lo que es importante que reduzca el nivel de crawling peg para evitar un recalentamiento».
Según su visión, el Gobierno podrá concretar la baja del ritmo devaluatorio a 1% «en los primeros meses de 2025, sobre todo por la demanda estacional de diciembre».
El analista financiero Gustavo Ber también cree que «hacia comienzos de año próximo podría comenzar a reducir el ritmo del crawling peg, posiblemente de manera escalonada en el tiempo, en busca de contribuir a seguir reduciendo la nominalidad de la economía».
Por su parte, Nery Persichini, jefe estratega de GMA Capital, señaló que en materia de inflación «en octubre jugó a favor Estacionales (+1,4%), mientras que la núcleo estuvo por encima de la medición general (+2,9%)».
Así, el experto consideró que «la nominalidad se mantenga entre 2,5% y 3% en el cierre del año sería una buena noticia», y precisó que «en el último REM las consultoras esperaban 3,2% para diciembre». No obstante, acotó «quizás alguna novedad por el lado de la apertura de la economía contribuya a acelerar la tendencia a la baja».
¿Cuáles son los riesgos de Javier Milei si baja el ritmo devaluatorio?
Los economistas advierten que en el actual contexto internacional, donde con el triunfo de Trump impulsó el fortalecimiento del dólar y la devaluación de las monedas emergentes, y ante el atraso cambio que implicó mantener este año un crawling peg de 2%, bajarlo a 1% implica riesgos.
Joaquín Marque, director de UG Valores, opinó que «antes de avanzar en la deducción del crawling peg, el equipo económico debería continuar recortando la tasa de interés y quitando restricciones a los dólares financieros». Y alegó que «no tiene sentido pisar aún más el dólar oficial, sin poder testear que ocurrirá en los dólares libres una vez que se liberen restricciones cambiarias».
Y auguró que «reducir el crawling peg en un contexto de devaluación de las monedas emergentes solo profundizaría los problemas de competitividad para el sector productivo, y esto podría llevar a mayores demandas de reducción de impuestos, afectando las cuentas fiscales para 2025«.
De igual mirada,.Persichini aseguró que «si bien un ritmo devaluatorio más suave le quitaría impulso a los precios transables, podría levantar algunas banderas rojas por el lado de la competitividad-precio de la economía».
«En particular, esta situación es más notoria con Brasil. En lo que va del año, el dólar trepó 19% en el país vecino o, lo que es lo mismo, el real se erosionó un 16%. Esto implica que el real es más competitivo que el peso, que en 2024 experimentó una apreciación de 39% frente al dólar», puntualizó.
Al respecto, indicó que «la relación peso-real hoy es similar a la de fines de 2015, y apenas algo superior a la de fines de la convertibilidad», y enfatizó que «esto significa que el abaratamiento de Brasil podría implicar desafíos para la competitividad-precio de Argentina y, por lo tanto, para la capacidad de generar dólares por la cuenta corriente».
«Nuestro país ahora no solo se apreciaría por la inflación (o un menor ritmo de crawl), sino por la devaluación de nuestro principal socio comercial. Elegir este camino demandaría mayores esfuerzos para ganar competitividad desde otros frentes, tales como la baja de impuestos, la apertura de la economía y las reformas microeconómicas», planteó.
En sintonía, Tiscornia opinó que «es bastante jugado bajar el ritmo del crawling peg en este contexto en el que las monedas se están depreciando; habrá que ver cuánto dura todo este movimiento, y cómo sigue esta película».
Para Maximiliano Ramírez, socio de Lambda Consultores, reducir en un solo movimiento el crawling peg de 2% a 1% «es un poco riesgoso». Y acotó: «yosereía mas suave en la reducción, pasaría a un esquema de 2% a 1,5%, esperaría dos o tres meses, y después si esto funciona y la dinámica de la inflación seguiría a la baja, pasaría a 1%». Y cree «para mí lo van a hacer a mediados de diciembre o principios de 2025».
Entre las implicancias de esta medida, Colombo aseguró que podría generar un desequilibrio en las reservas de dólares, al incentivar las importaciones y desalentar las exportaciones».
De igual mirada, el analista financiero Christian Buteler argumentó que «el contexto internacional no está ayudando en este momento: estás viendo que las monedas a nivel internacional se están depreciando, eso va a hacer que quedes más caro en dólares, y si bajas aún más el crawling peg, y lo dejas en terreno negativo es un problema para el mediano y largo plazo, porque te seguís atrasando».
«Si atrasás el tipo de cambio más en algún momento, lo que produce es incentivar importaciones, golpear a las exportaciones, incentivar el turismo en el exterior contra el turismo local», auguró.
Christian Naud, analista de ACM, subrayó que «en el contexto actual, con monedas emergentes depreciándose frente al dólar, reducir el ritmo de crawling peg conlleva riesgos» y sostuvo que «un ajuste podría suscitar expectativas de atraso cambiario a corto plazo, incrementando la demanda de divisas y alentando la dolarización de carteras, lo cual aumentaría la presión sobre la brecha cambiaria».
«Bajar el crawl 1% mensual, sería un nivel más bajo de lo que habían anunciado implícitamente en el proyecto de Presupuesto 2025, que proyecta una devaluación promedio mensual de 1,4% mensual», remarcó.
En ese sentido, Naud prevé que «un crawling peg más bajo generaría un mayor atraso cambiario y la unificación del tipo de cambio se correrá hacia más adelante«.
Por su parte, Fernando Baer, economista jefe de Quantum Finanzas, dijo que «el riesgo es perder competitividad cambiaria, pero se puede compensar con baja de costos eventualmente, por ejemplo, menor riesgo país».
Para Guaia, «si esto genera o no mayor atraso cambiario y si estamos yendo en contra del resto de la región ya no es tan importante, porque estaríamos hablando de una nominalidad cada vez menor». Y recalcó que «de corto plazo, la inflación y el superávit fiscal son, evidentemente, las prioridades del modelo».