Una pareja de emprendedores puso en marcha su proyecto “Territorio Café”
Funciona en pleno centro.
Pretenden establecer una marca regional.
En pleno corazón de Viedma, Florencia Díaz, decidió quebrar el molde y llevar consigo una fracción de la vibrante vida cafetera de Buenos Aires, donde residió por una década. Se decidió por esta ciudad. “Territorio Café” es más que una simple cafetería de especialidad; es un refugio comunitario que busca congregar a los amantes del café y ofrecerles una experiencia enriquecedora.
“Territorio Café” es un emprendimiento ubicado en Buenos Aires y Maestro Aguiar de la capital rionegrina, cuyo objetivo, según explicaron, es “brindar un producto de calidad, proponiendo eventos, actividades, talleres y diferentes cuestiones para que no solo sea un lugar de café, sino flexible, de múltiples posibilidades y para la comunidad un espacio de encuentro”.
Originaria de Neuquén, Florencia encontró en los cafés de Buenos Aires, junto a su novio Emi, una experiencia única que no se limitaba tan solo al consumo de una buena bebida, sino a la reflexión y el disfrute de un espacio cultural. “Soy arquitecta y Emi es abogado. Ambos disfrutábamos mucho ir a los cafecitos de especialidad, porque era una salida que nos dejaba algo más cuando volvíamos a casa”, comenta Florencia. Sin embargo, cuando decidió mudarse a Viedma, sintió la falta de esos espacios que tanto la cautivaban en la capital.
Fue entonces cuando nació la idea de “Territorio Café”, una cafetería que se esfuerza por ser el epicentro de una comunidad, un lugar flexible abierto a la celebración de eventos, actividades y talleres. El establecimiento apunta a proporcionar no solo productos de calidad superior, sino también experiencias significativas que dejen una huella en sus visitantes. Quienes visitan “Territorio Café” no solo disfrutan de un buen café, sino de un entorno pensado para promover el encuentro y la reflexión.
Pero el camino para llegar aquí no fue sencillo. “Hubo mucha gente involucrada y me di cuenta que se necesita mucho del otro para armar algo”, reflexiona Florencia. Ese proceso de colaboración le permitió superar la tendencia al individualismo y construir algo verdaderamente especial. “Fue necesario salir del individualismo”, enfatiza.
Un punto de inflexión llegó cuando Emi decidió que participacen en un concurso del Banco Patagonia. Vieron allí la oportunidad perfecta para dar a conocer su marca y difundir su proyecto. La ambición de ambos no se detiene en Viedma; buscan establecer una marca regional que se identifique con los colores y mapas de la Patagonia, y sueñan con tostar su propio café en un futuro cercano. “Es una apuesta a que no todo ocurra en Buenos Aires”, concluye Florencia, con la ilusión puesta en contribuir al desarrollo de una identidad cafetera patagónica.