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Violadores pedófilos y abusadores de niñas vulnerables sueltos: Las madres de las víctimas sospechan que hay más casos

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Niñas de 12, 13 y 14 años fueron sometidas sexualmente y sus victimarios, denunciados ante determinados entes de la Justicia de Comodoro Rivadavia, siguen libres pese a la gravedad de los hechos.

Crónica accedió a 3 casos oportunamente denunciados por familiares directos y adultos de las menores abusadas. Hay un denominador común en los mismos: Las víctimas fueron abusadas por quienes eran parejas de sus madres, separadas de sus padres biológicos.

Una joven mujer que hoy tiene 28 años y es madre de hijos de corta edad, lo denunció oportunamente cuando a los 13 años fue sometida por un ex trabajador petrolero hoy de 49 años, que este primero de julio fue denunciado por la madre de otra niña de 14 años con trastorno madurativo leve.

Otro de los casos tiene bajo severo tratamiento psicológico a una niña que hace un año atrás fue sometida a todo tipo de tormentos sexuales que fueron incluso filmados por el victimario desde su teléfono celular, mientras la madre de la víctima se encontraba ausente de su domicilio en la zona sur de la ciudad por cuestiones laborales.

La hoy mujer de 28 años y madre de 4 hijos de corta edad que fue literalmente violada a sus inocentes 13 años quiere aportar, aunque sea, su testimonio en este nuevo caso que involucra al mismo hombre que la abusó en el año 2011 y a quien solo le dieron prohibición de acercamiento, como ocurre actualmente con la denuncia realizada hace casi 3 semanas.

Todos los casos pasaron por la Comisaria de la Mujer, fueron a Fiscalía y a la oficina única de abusos sexuales y también intervino e interviene el Servicio de Asistencia a la Víctima (SAVD).

El llanto y ruego de las madres es idéntico. Quieren que los denunciados sean juzgados y privados de su libertad antes de que se fuguen de la ciudad y queden con paraderos desconocidos.

“Sabemos que la Justicia es lenta, y más en estos casos, y también que estamos en feria judicial y tal vez no seamos escuchadas, pero sabemos que es el comienzo de una lucha que no dejaremos hasta que se haga justicia”, es, palabras más, palabras menos, lo que manifiestan en largos diálogos con el cronista que reserva ciertos detalles morbosos y también la identidad de las denunciantes para preservar a las menores damnificadas

A las progenitoras de las víctimas les han manifestado representantes de la Justicia que los procesos llevan su tiempo, que son muchos los pasos a seguir en los protocolos que comienzan con la denominada Cámara Gesell donde psicólogos y otros profesionales tienen como objetivo observar y analizar el comportamiento de una o varias personas sin que la figura del analista y demás observadores repercutan en las víctimas que deben declarar, aunque sean penurias, con la mayor naturalidad posible.

De pedófilos y violadores

V. tiene 44 años, vive en zona norte de la ciudad y es la madre de una de las víctimas que radicó le denuncia el 1 de julio. “La verdad que me siento indignada por haber confiado en alguien que solo causó daño a mi familia. El hecho de haberle confiado a mis hijos, nietos… me siento estafada y manipulada en las manos de este abusador…he llegado a pensar en hacer justicia por mano propia, pero prefiero que sea la Justicia quien cargue con todo el peso contra esta persona” manifestó en un amplio diálogo con el cronista que se reserva datos para futuras novedades de ambos casos. Gracias a V. que el abusador y manipulador le confesó que cargaba con otra denuncia pesada que le hicieron en el año 2011 “empecé a averiguar hasta llegar a otra ex pareja y con ésta, a quien tenía 13 años cuando fue literalmente violada y hoy es una persona adulta que también quiere justicia.

Z. tiene casi la misma edad que V. y vino hace algunos años de su Paraguay nativa y junto a una de sus hijas (“tiene 14 años recién cumplidos, pero es menudita y pareciera de 8 o 9 años…” comentó una testigo). Fueron a vivir a casa del abusador que un año atrás trabajaba en una institución educativa con orientación militar y a raíz de la denuncia habría quedado desempleado. Z. tenía varios trabajos y se ausentaba muchas horas. Uno de sus hijos adultos descubrió los abusos por casualidad. Le pidió el teléfono celular al denunciado para hacer una llamada y, casi sin querer, descubrió fotografías y videos de su pequeña hermana en sus partes íntimas y otras atrocidades morbosas. Tampoco dudó ni un instante y radicó la correspondiente denuncia. Ambas prestaron sus testimonios desgarradores ante este diario. Y ambas piden una sola cosa: Justicia.