Estrenaron un drama y un documental argentinos de tema judío
“La noche que luché contra Dios” y “Hemshej” llegaron a la cartelera el jueves. En el primer caso, se trata de una historia trágica, lograda sólo a medias. La segunda tiene más aciertos.
Se estrenaron esta semana dos films nacionales de cine de temática judía: “La noche que luché contra Dios” y “Hemshej”, ambos de propuesta interesante pero de tono monocorde. Al primero también le afecta la excesiva solemnidad, entre otras molestias. En él conviven dos historias: la de un joven practicante que debuta en el Clínicas justo el mismo día del atentado a la AMIA, donde además muere su abuelo, por todo lo cual el chico se ve sobrepasado, y la historia de Jacob, sus conflictos con su padre Abraham y su hermano Esaú, la reconciliación y el sacrificio de Isaac interrumpido a último momento.
¿Cómo se junta todo eso? Mucho no se junta, pero a cierta altura alguien recuerda que en su huida Jacob descansó su cabeza sobre una piedra que alguna vez había integrado el altar del sacrificio de Isaac. “Las preguntas sin respuesta son como piedras esparcidas por el desierto, que alguien unirá para dar un sentido a las cosas”, es la vaga explicación que reconforta al joven dolorido. A la misma hora en que explota una bomba nace una criatura, ahí también surge otra explicación, y otro consuelo (dicho sea de paso, la película puede despertar otros recuerdos: la excelente representación de aquella mañana de la bomba en “Anita”, de Marcos Carnevale, y la imponente voz de Jehová Dios en la zarza ardiendo que hacía Donald Hayne en “Los Diez Mandamientos”, de Cecil B. De Mille).
“Hemshej”, documental autobiográfico de Julieta Lande, también reúne dos historias: la de sus abuelos, únicos judíos sobrevivientes del pueblo de Stockzek, Polonia, y la de ella evocando las dudas de su infancia y visitando aquel pueblo, donde encuentra a la hija de unos cristianos que ocultaron a los judíos. Lande visita además la ciudad de Byalistok e Israel. Por todo Israel busca el Bosque de los Mártires de Stockzek, o Stock, para los judíos, pero no lo encuentra. La gente envió donaciones para plantar los árboles de ese bosque, y no está.
En cambio, descubre que otros bosques sagrados se hicieron arrasando aldeas palestinas. “Un acto de memoria borra la memoria de otro pueblo”, reflexiona, y también advierte que se está borrando la memoria del idish, y con él las canciones, los poemas, los dichos de los viejos judíos. En las escuelas los niños sólo aprenden hebreo. Ella misma no puede saber todo lo que quisiera de sus abuelos, que nunca volvieron a su pueblo, y en vez de envejecer entre los bosques de Polonia se consolaron pasando las tardes entre los árboles de Plaza Irlanda. “Hemshej”, aclara el padre de Lande, tiene similar significado en ambas lenguas. Podría entenderse como “continuidad”, pero es algo más. Según como se aplique, es un estímulo para continuar.
“La noche que luché contra Dios” (Argentina, 2024); Dir.: Rodrigo Fernández Engler; Int.: Tomás Kirzner, Luciano Cáceres, Carolina Kopelloff.
“Hemshet” (Argentina, 2023); Dir.: Julieta Lande. Documental.
