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“Íbamos directo a un cosechón, pero ya no” dice desde el corazón de la zona núcleo Augusto González Alzaga, quien define la campaña agrícola en curso, ya alejada del récord

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Que la zona núcleo es la región donde los cultivos agrícolas desarrollan su mejor potencial de rendimiento, no hay dudas. El suelo, las precipitaciones, las temperaturas, y hasta la logística hacen de estas latitudes un oasis productivo, especialmente para los granos de verano como soja y maíz.

Carabelas es una pequeña localidad ubicada en el corazón de la zona núcleo, en un famoso triángulo que se forma entre Junín, Pergamino y Colón, en el norte de Buenos Aires.

Allí florece histórica y laboriosa, la Cooperativa de Carabelas, una de las expresiones del asociativismo argentino, que no es de las más grandes que existen, pero tampoco de las pequeñas.

En esta región la cosecha de esta campaña aparentaba una cosa, y por lo que evalúa Augusto Gónzález Alzaga, presidente de dicha cooperativa de productores, no será lo esperado. Según cuenta a Bichos de Campo el productor, las perspectivas cambiaron repentinamente cuando dejó de llover. Si bien será una buena campaña, el entusiasmo por lograr producciones extraordinarias quedó sepultado.

Una cifra muy digna: Argentina, según la Bolsa de Comercio de Rosario, aún está en carrera para cosechar 49,5 millones de toneladas de soja

Es así que lejos de lamentarse, Gónzález Alzaga explica: “El 15 de enero se cortó el agua hasta prácticamente la semana pasada, y ahí empezamos a ver cómo los cultivos empezaron a deteriorarse. El maíz temprano ya estaba casi hecho, pero los maíces de segunda, maíces tardíos y sojas de segunda, ya empezaron a amarillear, ya empezaban a ponerse secas, es así que se ha secado”.

Con esas condiciones ideales reducidas, ya pocos hablan de una cosecha histórica, pero que al fin y al cabo será buena. Quizá en esta campaña jugaron más las expectativas, o la ansiedad de dejar atrás lo que ocurrió el verano pasado, donde la sequía recortó a la mitad a la producción de granos, incluso en esta bendecida región.

“Hasta el 15 de enero estábamos en una súper cosecha, estábamos calculando rindes de maíz, los que trabajan con alta tecnología, de 120 o 130 quintales por hectárea; sojas de 55 quintales, que eran los rindes de nuestra zona con buena agua y buena tecnología. Hoy ya no podemos hablar de esos rindes. Hoy el que mejor está esperar un maíz de 100, puedo esperar una soja de 40, una soja de segunda de 20”, haciendo referencia a la pérdida en producción ocasionada por el corte abrupto en las lluvias, sumado a la ola de calor.

Mirá la entrevista completa con el presidente de la Cooperativa de Carabelas:

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Ante este escenario productivo y logístico, la cooperativa juega un rol fundamental en la economía de la región y por supuesto de los productores, socios o no de la institución. Bajo esta modalidad del asociativismo se consiguen buenos precios para los principales insumos, y condiciones de pago o financiación, cuestiones importantísimas en años con dificultades.

Al respecto, el presidente de la cooperativa explica: “Nuestro trabajo es acompañar a los socios productores nuestros, ayudarlos, colaborar con sus insumos. Si quiere refinanciación, tratar de conseguirle la mejor refinanciación. En eso la Asociación de Cooperativas nos da una gran mano, tenemos una consecuencia total con ACA, que nos permite acceder a muy buenos créditos, a muy buenos planes, a la ayuda logística, poder acopiar tres, cuatro veces lo que tenemos en plantas fijas, que hoy en día es muy importante”

Para el cooperativista Iván Franco, hay un alto riesgo de “volver a la sojización” si es que no bajan los costos de las tecnologías agrícolas

Pero también Alzaga aclara que en estos últimos años el productor volvió, empujado por nuevas generaciones, a pensar al campo como unidad económica, y siempre que se pueda, a pesar de las inclemencias, invertir.

“Hemos pasado años muy difíciles, muy duros, en los cuales los productores se endeudaron. Hubo productores que perdieron sus bienes, imposibilidad de seguir trabajando propiamente su campo, y tuvieron que salir a alquilarlo. Pero estos últimos cinco o seis años es como que ha habido un clic y el productor está trabajando con mucha más seriedad, con mucho más cuidado en todo lo que hace la parte financiera”, comenta el bonaerense.

Las cosas van cambiando, hay muchos arrendamientos y muchos jóvenes al mando de los campos familiares. Esos jóvenes fueron armando sus equipos, estructuras de contratistas, y también salen a alquilar campos.  “Hay mucho campo que se trabaja propio, pero hay mucho más campo que lo trabajan terceros”, explica González Alzaga.

La pregunta del millón: ¿Conviene vender granos o tomar un crédito para financiar la compra de insumos?

Como si fuera poco, el presidente de la cooperativa explica que la institución que representa compró un predio para emplazar una nueva planta de acopio, nueva, moderna y ágil, que reemplace a la original, que con el paso del tiempo fue quedando dentro del plano urbano de la ciudad de Rojas.

“Hemos comprado este predio el año pasado, (donde se realizó una actividad a campo de la Asociación de Cooperativas Argentinas) que hacía muchos años que estábamos buscando, por la ubicación, para construir una planta nueva, ágil, rápida, para nuestros asociados y clientes terceros”, comenta González Alzaga.

Además, indica que la planta original que quedó adentro de la ciudad de Rojas, “es una planta que estaba en las vías del ferrocarril, como se construyeron todas las plantas del país. Rojas siguió creciendo, creció para ambos lados y lógicamente la planta ha quedado en un lugar incómodo, tanto para nosotros comercialmente, como para el pueblo”.