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Incertidumbre sobre el futuro del INYM en tiempos de Milei: ¿Seguirá funcionando como hasta ahora el Instituto que regula el precio de la yerba mate (entre muchas otras cosas)?

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El comienzo de nuevas gestiones de gobierno suele plantear cambios al interior de las áreas y organismos que de él se desprenden. A ocho días del inicio oficial del mandato de Javier Milei, y por consiguiente del de Fernando Villela como parte de su gabinete al frente de Agricultura, muchos interrogantes aparecen respecto de los lineamientos que se aplicarán dentro del sector agropecuario.

Uno de los más expectantes es el yerbatero, que por estas horas ve al ente que lo regula –el Instituto Nacional de Yerba Mate (INYM)- acéfalo, a la espera de una designación oficial para su conducción. Hasta ahora esa cadena solo tiene en claro que su producción tributará 0% de retenciones en su exportación, algo que se anunció en las últimas horas y que también benefició a otras economías regionales como el arroz, los lácteos, el azúcar, la miel y la lana, entre muchas más.

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Creado el 21 de febrero del 2002 mediante la ley 25.564, el INYM surgió como respuesta a un reclamo de los productores por el precio de la materia prima. Su conformación contempla un directorio integrado por 12 representantes de todos los actores de la cadena: los productores rurales que venden la hoja verde; secaderos y cooperativas que preparan la materia prima, y el sector industrial que pone el producto terminado en la góndola.

La presidencia de dicho directorio será ejercida por un miembro que represente al Ejecutivo Nacional quien, según el artículo 22 de la mencionada ley, “designará un suplente entre los restantes miembros del Directorio, que lo reemplazará en el cargo en caso de ausencia transitoria o vacancia temporaria”.

Este cargo era ocupado hasta hace unos días el misionero Juan José Szychowski, quien recientemente asumió como diputado provincial. Esto disparó una polémica por su sucesión, ya que si bien el favorito para asumir hasta tener la decisión de Agricultura era su vice, Ricardo Maciel, el directorio del organismo designó por medio de la Resolución 342/23 al Director por el Sector Productivo, Jonás Petterson.

Mientras tanto, los 12 miembros del directorio solicitaron a la autoridad nacional que “tenga a bien otorgar la mayor celeridad para la designación del nuevo representante, estimándose prudencial un plazo no superior a treinta días corridos para dicho acto”.

Esto resulta clave por dos razones. Teniendo en cuenta que el sector yerbatero es uno de los pocos sectores económicos –sino el único- en estar regulado por el Estado, quien asuma la presidencia del Instituto será en concreto quien marque un rumbo en las políticas a aplicar, y no es lo mismo que la conducción quede en manos de un representante misionero que de uno correntino.

No se debe perder de vista que estas dos provincias, que concentran toda la producción nacional de yerba, mantienen visiones muy distintas sobre cómo debería administrarse el negocio.

En números, la cuenca yerbatera comprende 209 mil hectáreas cultivadas, de las cuales el 87% corresponden a Misiones y el 13% restante a la provincia de Corrientes. La primera nuclea a los productores más chicos, para los cuales en muchos casos esta es una economía social, y la segunda a los industriales de mayor tamaño.

Una nota previa publicada por Bichos de Campo daba cuenta de que las estadísticas del INYM contabilizaban 4.119 productores con hasta 5 hectáreas de yerbales; 2.967 con una superficie entre 5 y 10 hectáreas, 2.129 con una superficie entre 10 y 25 hectáreas, 674 con una superficie entre 25 y 100 hectáreas, y 94 productores con más de 100 hectáreas.

En este marco, históricamente el INYM –con sede en Misiones- ha trabajando para regular el precio de la yerba mate canchada (aquella que se obtiene luego del primer proceso industrial de secado), buscando lograr que el colono reciba el mejor precio posible.

De acuerdo con lo establecido por la legislación vigente, el precio al productor se define cada seis meses. Esto debe decidirse por unanimidad pero de no ser así (muchas veces no es así), la cartera de Agricultura será quien laude y fije un precio.

Esta no es la única regulación perseguida por el Instituto. Por el contrario, desde 2021 se estableció un límite a las nuevas plantaciones de yerba, estableciendo que cada productor inscripto en el Registro de Operadores podrá incorporar un máximo 5 hectáreas de nuevas plantaciones por año. La decisión fue judicializada, principalmente por empresas de Corrientes con amplia capacidad para crecer en superficie.

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Los desacuerdos en torno a este tipo de políticas abren paso a la otra clave de todo este asunto: ¿puede un organismo con esta impronta regulatoria seguir funcionando en tiempos de Javier Milei?

Basta con retroceder algunas semanas y ver las promesas de campaña del ahora presidente libertario, para entender que cualquier política que busque entrometerse con el libre mercado no tendría razón de ser en esta gestión.

Por eso la incertidumbre en torno al futuro del organismo crece, más ahora que carece de una conducción oficial y de definiciones por parte de un secretario de Agricultura con todavía escasa voz.

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Frente a esto Bichos de Campo decidió tantear las aguas y consultar qué impresiones se tienen en cada provincia.

Desde Misiones, Jonas Petterson, actual representante interino del organismo, consideró que “a nadie del sector le favorecería la eliminación del INYM”, ya que “en los últimos años ha demostrado que puede y debe lograr un equilibrio para todos, para que todos podamos ganar mercados y vender mejor. En ese sentido las empresas poco a poco se fueron sumando, no es la misma situación que cuando surgió”.

A continuación, señaló: “Si bien el gobierno nacional plantea una desregulación o el libre mercado, lo que nosotros planteamos no es ningún tipo de tope arriba en los precios. Por el contrario, lo que planteamos es un análisis de costos y un valor mínimo e indispensable para el productor, para que no se vea perjudicado. Hay que tener en cuenta que nuestra actividad no es como el maíz o la soja. Nosotros plantamos un árbol, tenemos una inversión a largo plazo y a raíz de eso tenemos que trabajar para que, después de haber invertido durante muchos años, el productor no vaya a pérdida”.

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Petterson reconoció que con la llegada de Milei al gobierno “puede haber algún cambio de lineamiento”, y sostuvo que tienen dudas de “cómo será, porque no hemos tomado contaco con el nuevo gobierno”.

“Queremos saber cómo piensa llevar las líneas de trabajo del INYM, tratar de entender el lineamiento y reunirnos para saber cuál es el destino que quieren. Nosotros realmente consideramos que el Instituto es importantísimo e indispensable para nuestra actividad”, concluyó.

Por su parte Claudio Anselmo, actual ministro de Producción de Corrientes y funcionario con una relación de larga data con sector yerbatero (fue gerente de Producción de Las Marías y presidente de la Federación de Molineros de la Yerba Mate), se mostró bastante disconforme con el accionar del INYM en los últimos años.

En conversación con Bichos de Campo reconoció que han sido “críticos de muchas decisiones tomadas” ya que “el INIM no ha ejercido adecuadamente su función a lo largo del tiempo”.

“Hemos sostenido muchas veces que el Instituto Nacional de la Yerba Mate es un organismo que básicamente ordena la actividad. Coincidimos en su función de registro de la información productiva, estadística y fundamentalmente la promoción de la actividad yerbatera, tanto en los mercados nacionales como internacionales. Lo que no compartimos es cómo ha aplicado las facultades regulatorias, en particular en el último tiempo de su gestión, ya que eso se hizo de forma unilateral y sin tener en cuenta los intereses de todos los actores de la cadena productiva”, dijo el funcionario.

“No compartimos cuando interfiere y regula, complicando el desarrollo de la actividad. Corrientes tiene una actividad yerbatera sumamente fecunda. Tenemos un liderazgo en la industrialización de yerba mate con las principales empresas y marcas instaladas en nuestra provincia, y el INYN nos termina muchas veces limitando las posibilidades de desarrollo. La provincia tiene su autonomía para definir su política de promoción. Tenemos la ley provincial de promoción de la actividad que entra colisión con estas decisiones que ha tomado más de una oportunidad este organismo”, añadió luego.

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Al igual que lo expresó Petterson, Anselmo sostuvo que se encuentran a la espera de información de Nación para conocer la designación de un representante y el destino general del organismo.

Según pudo saber Bichos de Campo, distintos trascendidos que circulan en la provincia de Misiones refieren a que las chances de la conducción del INYM estarían del lado de Corrientes, provincia que se alinea más con los intereses de la nueva conducción nacional. La información oficial sin embargo es escasa, y habrá que esperar por nuevas definiciones en los próximos días.