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Le preguntamos a la Afip si piensa dejar de volver locos a los productores con trámites inútiles: Por el momento no hay respuesta

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Con más de tres meses de gobierno, la nueva gestión de Javier Milei no sólo no tiene, en materia de gestión tributaria, nada para ofrecer a los empresarios agrícolas, sino que además no habilitó ningún canal de información al respecto.

Con el arribo Florencia Lucila Misrahi al máximo cargo de la Afip, una profesional con una gran experiencia en el sector agroindustrial, no fueron pocos los que se entusiasmaron porque supusieron que habría novedades favorables para el campo. Por el momento, eso no ocurrió.

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Esta semana Bichos de Campo envió tres preguntas a la vocera de la Afip, Adriana Pintabona, sobre cuestiones de interés relativas al agro. Son las siguientes.

1.En los últimos días volvieron a registrarse problemas con las cargas de porte en pleno inicio de la cosecha de maíz temprano ¿Qué se está haciendo para solucionar este inconveniente?

2.¿Están evaluando implementar algún mecanismo para que las empresas agropecuarias puedan mitigar los perjuicios financieros y económicos generados por los saldos técnicos de IVA? Si es el caso, ¿de qué se trata y cuándo podría implementarse?

3.El Sistema de Información Simplificada Agrícola (SISA) fue creado para aliviar la carga burocrática de las empresas agropecuarias, pero en los últimos años se desvirtuó completamente. ¿Están trabajando en ese sentido para que el SISA pueda recobrar su misión original?

Hasta el momento no se obtuvo respuesta alguna a tales requerimientos. Si bien la primera pregunta es la más urgentes –los camiones cargados con granos no pueden esperar–, la última es, por cierto, la más fácil de solucionar porque requiere sencillamente dar de baja regulaciones implementadas en el gobierno anterior.

A fines de 2018 el gobierno de Mauricio Macri implementó el SISA con el propósito de concentrar en una sola plataforma los múltiples requerimientos de datos que hasta entonces eran solicitados a empresas agropecuarias por parte de la Afip, Inase y Senasa.

El sistema, si bien representó un desafío enorme, terminó siendo un éxito porque, además de cumplir el objetivo central –simplificar “pesados” trámites burocráticos–, posibilitó disponer de una gran base de datos sobre el sector agropecuario.

Sin embargo, con la llegada al poder de Alberto Fernández eso se acabó y los empresarios agropecuarios –y sus sufridos contadores– tuvieron que trabajar por demás para sumar trámites burocráticos que quitan tiempo para otras cuestiones más urgentes o importantes.

Se volvieron así a instaurar los regímenes de información de stocks de cultivos de invierno, de producción de trigo y de producción de cultivos de verano, los cuales no tienen sentido porque se trata de datos ya están en poder la Afip.

La cuestión es que, a medida que se incorporaron más procedimientos burocráticos, la posibilidad de que haya inconsistencias se incrementan y entonces son mayores las probabilidades de que las empresas agropecuarias sean degradadas en el sistema de “scoring” del SISA. En ese sentido, aquellos productores, especialmente pequeños, que no cuentan con asistencia de un contador profesional están en clara desventaja.

En el SISA los empresarios agrícolas son clasificados en tres categorías. La primera de ellas, denominada “Estado 1”, comprende a aquellos contribuyentes que no hayan presentado incumplimientos formales en los últimos 24 meses seguidos, mientras que el “Estado 2” es para aquellos que hayan tenido algunos incumplimientos en ese período. En cuanto al “Estado 3”, el mismo le corresponde a aquellas personas o empresas que no cumplen con la presentación de declaraciones juradas o presentaciones de regímenes de información en los plazos previstos, requerimientos vencidos y/o pendientes de cumplimiento, procesos judiciales y quiebras decretadas, entre otros factores.

A los productores categorizados como “Estado 1” se les retiene el 5% del IVA con una devolución también del 5% en un plazo de 45 dí­as.  En lo que respecta a los productores “Estado 2”, se les retiene el 7% con una devolución del 6%, mientras que a aquellos comprendidos en el “Estado 3” les corresponde una retención del 8% del IVA

En lo que respecta al impuesto a las Ganancias, los operadores categorizados en el “Estado 1” no sufren retenciones, mientras que en el “Estado 2” la misma es del 2% y en el “Estado 3” del 15%.

Vale recordar además que los perjuicios generados por una degradación de categoría en SISA se magnifican en un contexto inflacionario, lo que representa un daño por partida doble para las empresas agropecuarias.

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